LAS LÁGRIMAS DE DUENDE

exceso o defecto

Quizá mi problema sea la NO medida, o tan pronto me paso sin escribir años como me da la fiebre de alma que rebienta si no lo hago.

El caso es que ahora es que me encuentro febril del resfriado que tengo y estoy en el trabajo casi, o del todo, muerta.

Además siento una fiebre de corazón, ese estado meláncolico que hace que tu cabeza esté más embrollada que normalmente.
Suelo comerme la cabeza mucho para tomar decisiones razonadas, pero a veces, pensar tanto me aleja más de la realidad que lo que me acerca.
Razonar implica buscar la opción más responsable, menos arriesgada o la que tiene un menor coste... pero a veces, cuando ves la mejor, tratas de convencerte que es exactamente eso lo que quieres, que puedes, a veces tratas de convencerte de ello y hacer de tu cabeza y de tí misma un ser racional. El caso es que somos pura víscera, al menos yo, y aunque consigo controlarlo y nno ser una loca más que va exigiendo y pidiendo, pero el caso es que el corazón sí pide esa atención, anhela cariño y que le reconozcan. Ese momento en el que alguien te mira y te dice que eres el ser más especial del mundo...
Ñoño, pero lo cierto es que mi cabeza debe combatir constantemente con ello, e ir de dura tiene un precio porque... a veces, sólo a veces, ya no sabes quién eres, lo que realmente quieres y no te das a tí mismo o no te concedes, todo lo que realmente te mereces.
¿quién soy? ¿qué quiero? ¿qué merezco?
¿Todo? creo que lo quiero todo, todo lo que soy, todo lo que quiero, todo lo que merezco.